martes, 28 de junio de 2011

No te olvidé.

Leer.  Me gusta leer te dije, hace un par de años. Y hoy cuando te vuelvo a encontrar, te vuelvo a decir que me gusta leer, pero ésta vez, entre líneas.
Muchas cosas cambiaron. Sobre todo, muchos vicios. No soy la misma que antes. Porque soy igual que ayer. 
Amandote, siempre sometida a esa maldita manía de jugarme por el vicio más dulce, que el tabaco: fumar tu sinceridad contrariada siempre por tu vanidad. 

Y así fue como NO te olvidé. 
Recordando cada noche que debía borrar de mil canciones las analogías, la intertextualidad de mis gestos, palabras, actos fallidos, que me recordaban a vos. Las remembranzas de mi presente, son puros vestigios en harapos, de un ayer siempre rengo que viene con una pata de palo, pirata, a querer robar los tesoros escondidos de por ahí. 
Sustento. Necesito sustento, para sobrevivir de tus juegos. Y a veces, no hace falta aprender las reglas, sino, saber como romperlas, cuando vos las ponés bien puestas. 

Arrugo las sábanas, muerdo almohadas,  y suspiro caracoles huídos, son sólo caparazones, que andan mas lentos, que la imaginación hoy, con televisión a color. 

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