jueves, 28 de julio de 2011

Ambiguedad

Ayer nomás...
Ayer nomás te despedías de mi, con tu ternura camuflada entre tu vanidosa voz. O era al revés?.
Ya ni recuerdo la última vez que un sacrificio cayó al altar de nuestra exposición de amor. Y sinceramente, es que amo tu manera de ser, excepto cuando demostrás solamente egoísmo puro, pero de manifestaciones tan sublimes y dulces que ni se nota. O no quiero notarlo.
Quisiera estar en deuda con vos. Sentirme que los errores me pesan y que tendría que arreglarlos de alguna manera, pero creo que es al revés. Morosa, y más aún con los intereses del tiempo, que me olvido de tener en cuenta.
La confianza tiene fecha de vencimiento, que no concuerda con la del amor, jamás expuesta.
Amo, (o eso creo) lo bueno. Y sin embargo, no creo que seas tan buena para mí. Lo cuál no explica que no te ame. Sino que estoy faltando a uno de mis principios. Y sinceramente, esa falsedad, ambiguedad, no puede contrarestarse al paso del tiempo, sino más bien guarecerse en la cruda y tiesa realidad innamovible de que te amo, a pesar de los daños.
Quizás el ser humano siempre tiene envidia de aquellos quienes tienen lo que uno carece. Endiviamos los amores de novelas, e instantánea venganza nos recayó. Envidiamos la libertad, y se me fue quitada. A cambio de tu sensatez entre la consciencia noctura, entre bailes y caras desconocidas para los ojos de tu alma. Aquella desfachatez, te llevó lejos de mí un tiempo. Hasta que mi libertad regresó amoratada y te dije:
No te creo.
Cuando en realidad, no creo en tu voz, no creo en la mayoría de las cosas que haces.Peeero, tengo que confesar...

Que amo tu naturaleza, tus gestos, tu inquietud, tus muecas, tu perfil, tu perfume, tus sueños, la suavidad de tu piel, que por más que intentes que asemeje a la aspereza de una roca del desierto, seguirá siendo suave como la espuma del mar. Y amo, sobre todas las cosas, esa infinidad pequeña que escondes dentro tuyo, que muy pocas veces mostras.... porque muy pocas veces dejas de ser vos, para ser lo que sos. O quizás...
Yo sea la confundida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario